Andrea Pascual siempre ha veraneado en Deià, donde su familia tiene una preciosa casa, cuya historia se remonta a varias generaciones atrás. Por ello, siempre que sus compromisos profesionales se lo permiten, intenta escaparse unos días para desconectar en la isla, junto a los suyos, y olvidarse del estrés de su día a día. La cofundadora de la agencia de comunicación Kimomi, casada con Beltrán Gómez-acebo desde hace siete años, tiene una vida frenética...y de vez en cuando, toca descansar y disfrutar de los placeres más sencillos, como una larga sobremesa.

–¿Eres cocinitas?

–Tengo la suerte de que a Beltrán, mi marido, le encanta cocinar y, además, ¡no le da ninguna pereza! Yo suelo encargarme de los aperitivos y de poner la mesa bonita. A los dos nos encanta recibir, hacemos un buen equipo.

–¿Cuál es tu primer recuerdo asociado a la gastronomía?

–Siempre me acordaré de las paellas de los domingos en casa de mis abuelos, donde nos reuníamos toda mi familia, tíos, primos y sobrinos. Eternas sobremesas donde no existían los móviles.

–¿Y tu experiencia gastronómica más memorable?

–En casa de mi abuela paterna siempre se ha cocinado increíble. Tan bien que, de hecho, le hicimos y publicamos un libro con todas sus recetas que, a día de hoy, seguimos utilizando; es un recuerdo maravilloso para toda la vida.

–¿Por qué estas dos recetas, en concreto?

–Estas dos recetas me recuerdan a mis veranos en Mallorca, donde veraneo desde que soy pequeña y donde me reúno con toda mi familia. La coca de trampó es una receta de mi madre, superfácil y rápida de hacer.vayas donde vayas, a todo el mundo le gusta y, además, la puedes tomar tanto caliente como fría.