El aire algo punk del grunge de los 90 se reinterpreta esta temporada, con un toque elegante y glamuroso. Parece contradictorio, pero el resultado final es un maquillaje en el que la mirada es protagonista absoluta, y lo hace con una profusión de tonos azabache y texturas cremosas, que crean líneas borrosas, difuminadas, imperfectas y desafiantes. ¿Cuál es el secreto para esa combinación entre el toque callejero del grunge, con la sofisticación del glamour? Tanto el resto del rostro como el cabello se ven impecables, con una elegancia clásica y un acabado perfecto.

Y, como en cualquier look donde los ojos tengan gran protagonismo, el resto de las facciones deben verse muy discretas: una piel ligeramente mate y los labios nude, dejando así el efecto glossy en la mirada.

Para conseguir el toque grunge en los ojos, primero se ha de preparar la piel de los párpados, para luego aplicar la sombra oscura elegida en la zona de la cuenca. Después, se pasa a delinear con un lápiz kôhl (al ser una mina más grasa, el efecto fumé es más pronunciado), tanto en la línea de agua como siguiendo las pestañas superiores e inferiores, con un trazo de medio a grueso. No tiene por qué ser una línea definida, su encanto es que se vea borrosa. La sombra metalizada se aplica finalmente sobre el kôhl difuminado, para fijarlo y darle un acabado irisado.

Un delineado ahumado y borroso con sombras metalizadas es la clave del nuevo grunge de lujo