EL director y guionista Rian Johnson le tiene cogido el truco a las ficciones de investigación criminal, de aspecto muy contemporáneo pero con cierto aire clásico. Lo demostró en la divertidísima películas Puñales por la espalda y su continuación The Glass Onion, y ahora en Poker Face se ha unido a la actriz Natasha Lyonne —a la que pudimos ver en las series Orange is the New Black y Russian Doll—, que aquí también ejerce de productora, para hacer un homenaje a las series clásicas de detectives estilo Colombo (que también puede verse en Skyshowtime), sobre todo centradas en el carisma del detective protagonista. En este caso este no es un detective, sino una mujer con una peculiar habilidad para detectar cuándo mienten los demás. La construcción de los capítulos es siempre la misma, pero el quid no es descubrir quién es el asesino, porque eso lo sabemos desde el principio. La intriga viene en que nuestra heroína, Charlie, una excamarera de un casino que vive en una autocaravana, detecta al hablar con unos y con otros las inconsistencias, los agujeros de las historias, las mentiras y detalles que para otros pasan desapercibidos y, con todo ello, reconstruye lo sucedido, que cuenta al final del capítulo. Esta estructura en capítulos independientes también permite que, en cada uno, salgan actores reconocidos (Adrien Brody, Chloe Sevigny, Judith Light, Nick Nolte...) que dan prestigio a la serie. No es una serie trascendente, y tampoco lo pretende, pero sí es entretenidísima.