El Rey Felipe VI se ha desplazado este fin de semana hasta tierras asturianas. ¿El motivo? Asistir a la boda de su ahijado Felipe López, quien se daba el «sí, quiero» con su pareja, Lorena Maena, en Gijón. La presencia del jefe de Estado suscitó gran expectación entre los más de 200 invitados que asistieron a la parroquia de San Salvador de Deva, el escenario donde tuvo lugar el enlace. La ceremonia fue oficiada por el párroco Javier Gómez Cuesta, y dio comienzo sobre la una de la tarde. Allí ya se encontraba el monarca, quien se había desplazado en coche —rodeado por su equipo de seguridad— y era recibido por parte del novio. El Rey acudió a la boda sin la compañía de su esposa, doña Letizia, ni de ninguna de sus dos hijas.