EN 1997, siete años después del inicio de su historia de amor con Miranda y cuando sus hijos mayores ya volaban solos, llegó la sorpresa: Julio y la bella modelo holandesa esperaban su primer hijo en común. Miguel Alejandro nació el 7 de septiembre de ese mismo año. Dos años después, en abril de 1999, llegó Rodrigo; el 1 de mayo de 2001, Miranda dio a luz a las gemelas Victoria y Cristina, y en 2007 vino al mundo el quinto hijo de la pareja, Guillermo.

«Estoy apasionado por esa felicidad grande de haber podido crear esta otra familia que se une a mis hijos mayores, Chábeli, Julio y Enrique. Tengo muchos motivos para ser feliz», comentaba Julio sobre sus hijos más pequeños, que crecieron en la mansión de Punta Cana en la que la pareja estableció su hogar cuando estaban esperando a Miguel.

Mientras, Julio seguía agrandando su leyenda, grabando nuevos discos, realizando giras por todo el mundo y muy pendiente de todos sus hijos. «No cambio pañales, no les doy las lentejas, pero sí vivo pendiente permanentemente de mis hijos. Desde que se levantan hasta que se acuestan sé perfectamente lo que están haciendo. Quizá es demasiado proteccionismo, pero lo hago así», reconocía en cierta ocasión el artista.

Miguel, que comparte un llamativo parecido con su hermano Enrique, parecía destinado a seguir también los pasos de su padre, pero, tras varios coqueteos con la producción musical, comenzó una andadura profesional como asesor de una importante agencia inmobiliaria en Miami, como publicó ¡HOLA! en 2019.

Rodrigo, al que todos llaman Roro, también toca algunos instrumentos y, cuando hizo una entrevista con ¡HOLA! (en marzo de 2014), aseguró que, como su padre, quería ser cantante. Se independizó con 17 años, compone música independiente y pasa largas temporadas en la finca de sus padres en Ojén, al igual que sus hermanas, Cristina y Victoria, que consideran esta casa su «lugar favorito del mundo».

«Quieren ser modelos, como su madre», reveló Julio a ¡HOLA! cuando sus hijas cumplieron 18 años. «Y emprendedoras», reconoció Miranda en 2020. Tras debutar en la Gala del Met de 2019, en diciembre de ese mismo año celebraron su puesta de largo en el prestigioso Le Bal de París.

Guillermo, el pequeño, debe su nombre a su abuelo materno, es todo un «crack» a la batería y aprendió él solo a tocar el piano. «Ese me ama. ¡No sabe lo viejo que soy! Siempre me dice: “Papá, ¡qué joven estás!”», nos decía Julio entre risas hace unos años.