EL AMOR DE SU VIDA
«Si Miranda no hubiera aparecido en mi vida, nunca habría podido centrarme en el futuro como lo hice desde que la conozco»
YAKARTA es la capital de Indonesia y en su aeropuerto hacen escala cada día millones de personas. Para Julio, la que hizo en diciembre de 1990 fue, simplemente, «mágica». Cambió su vida cuando parecía que ya nada podía hacerlo y encontró a su gran amor, Miranda Rijnsburger, una modelo holandesa de 23 años. «Si Miranda no hubiera aparecido en mi vida, nunca habría podido centrarme en el futuro como lo hice desde que la conozco». Julio se acercó a ella y le propuso que fuese a verlo cantar esa noche. «Tuve dudas, pero me lo pensé y finalmente accedí», reveló la exmodelo holandesa alguna vez. Sin duda, hubo química, y Julio le pidió a Miranda que siguiera a su lado durante aquella gira asiática, en la que habría paradas en Kuala Lumpur, Singapur y Tokio. La modelo holandesa aceptó y se subió a su «jet» privado. Miranda volvió a Holanda para pasar las Navidades junto a su familia, pero Julio no se olvidó de ella. Más bien todo lo contrario. La llamaba por teléfono y la invitó a concierto que él ofreció en Las Vegas en Nochebuena. A mediados de 1991, comenzaron a vivir juntos en Indian Creek, en Miami, y a escribir juntos una de las historias de amor más bonitas jamás contadas, que terminó en una íntima boda rodeados de sus cinco hijos en su finca de Ojén (Marbella), el 24 de agosto de 2010, ya que, como contaba el artista, «mi mujer, por mis raíces españolas, se siente tan española como holandesa, y nuestros hijos se sienten también muy españoles».
Contents
es-es
2023-09-20T07:00:00.0000000Z
2023-09-20T07:00:00.0000000Z
https://digital.hola.com/article/282505778207103
Hola SL
