AMO LA VIDA Y AMO EL AMOR
«No puedo ir desmintiendo cada día los amores que se me achacan. Necesitaría, y no es por ser presuntuoso, una oficina especial solo para esto», decía con humor tras su divorcio
«Creo que a las mujeres no hay que conquistarlas, hay que quererlas»
YO era un enamoradizo sin suerte. Era un flaco lleno de ilusiones, pero las chicas no me miraban tanto», confesaba Julio Iglesias sobre su adolescencia en las páginas de ¡HOLA! Sobre su primera novia y su primer beso nos ha llegado a contar, en su 70 cumpleaños: «La chica que yo creía que era mi novia, seguramente, ella no lo sabía. No hubo beso. El primer beso no me acuerdo muy bien, pero seguramente era robado». Sin embargo, la suerte de ese chico algo tímido cambió y terminó convirtiéndose en uno de los hombres más deseados a lo largo y ancho del planeta.
Su fama de conquistador empezó a forjarse tras su divorcio de Isabel Preysler, en 1979, viviendo romances de portada y siendo también protagonista de muchos rumores y leyendas urbanas, que van desde mujeres que se colaban en su hotel o una supuesta lista que tenía con miles de nombres de mujeres, hasta disparatadas ofertas que llegaban a su oficina. Pero lo que es cierto es que Julio conquistaba el mundo y por el camino quiso a varias mujeres, porque, como él mismo explicaba: «A las mujeres no hay que conquistarlas, hay que quererlas».
Tras estrenar su soltería, no tardó en salir a la luz su relación con la estadounidense Sydne Rome. Los dos estaban triunfando en Estados Unidos y formaban una pareja de película. La carrera de la actriz estaba en pleno apogeo —ella acababa de rodar con David Bowie— y le hizo un regalo a Julio que nunca olvidaría, un perro al que llamó «Hey», como su exitosa canción. Juntos hicieron un inolvidable posado en nuestra revista, en el Líbano, en el que nos desmentían que se hubieran casado.
No fue la única actriz con la que ocuparía titulares. También se le relacionó con la espectacular costarricense Giannina Facio, con quien fue fotografiado en varias ocasiones. En la actualidad, ella está casada con el cineasta Ridley Scott y, anteriormente, también vivió una sonada historia con Philippe Junot.
La modelo Vaitiare fue una de las pocas mujeres a las que Julio presentó como su pareja. En octubre de 1982, su imagen saltó a la prensa tras aterrizar con ella en París. Nacida en Tahití y 21 años menor que él, la conoció durante un viaje a la Polinesia. Aseguraban estar muy enamorados y ella llegó a convertirse al catolicismo —como se apuntó entonces, con la intención de casarse con él—, pero esa boda nunca sucedió. Su historia de amor llegó a su fin y decidieron seguir por caminos separados, aunque volvieron a ser fotografiados juntos en 1990, en Turquía (poco después, Miranda apareció en su vida).
También presentó en las páginas de ¡HOLA!, después de ocho meses de noviazgo en secreto, a la modelo Dasy Núñez, que fue «Miss Brasil 1986», a la que conoció en una actuación en Río de Janeiro. Corría el año 1988 y, con mucha ilusión, nos afir
mada con rotundidad: «Sí, es mi novia... ¿Y qué?». Y añadía: «Sé que con ella algo muy importante está pasando en mi vida».
Todas las mujeres que han pasado por su vida le han dejado una huella, pero quien reconoce que le marcó mucho en aquella época fue la modelo venezolana Virginia Silp, a la que él llamaba cariñosamente «la Flaca». De ella llegó a declarar que era la mujer que más intensamente le había hecho feliz, en un periodo de tiempo más corto. A su lado vivió un breve pero intenso romance, del que la propia modelo nos dio varios detalles en nuestras páginas: «En mi primera cita con Julio, hubo un solo testigo: Caracas», nos decía Virginia en 1985, sobre cómo se conocieron en su país natal.
Años después, en 1989, en su 46 cumpleaños, volvía a nuestra portada al lado de una atractiva rubia llamada Randy. Con ella y con algunos familiares y amigos sopló las velas en Las Palmas de Gran Canaria y la crónica de esta fiesta relataba que llevaban un año de relación, aunque intentaron llevar este noviazgo de la forma más discreta posible.
De muchas mujeres se ha hablado durante años y él encajaba con mucho humor que su vida privada despertara tanta expectación y decía frases como esta: «No puedo ir desmintiendo cada día los amores que se me achacan. Necesitaría, y no es por ser presuntuoso, una oficina especial solo para este tipo de cosas». Sin embargo, no llegaría a conocer a la mujer de su vida, su gran amor, hasta diciembre de 1990, cuando se cruzó en el aeropuerto de Yakarta con Miranda Rijnsburger. Algo que recuerda como «mágico».
SUS admiradores y amigos se cuentan por miles. Desde la Reina madre de Inglaterra, a la que convirtió en 1988 en un mar de lágrimas cuando interpretó para ella «Begin the beguine», su canción favorita —y la de su marido, Jorge V—, a Elizabeth Taylor pasando por Maradona, el Cordobés o Nancy Reagan, a la que impresionó en 1984 con su primera actuación —de muchas— en la Casa Blanca. De hecho, Julio Iglesias ha pisado la moqueta del Despacho Oval más veces que cualquier presidente de España. El cantante puede presumir no solo de haber actuado frente a las personalidades y los líderes más poderosos del mundo, sino de tener un excelente olfato para los vinos y para oler el talento de los compañeros con los que ha compartido micrófono. El artista español ha protagonizado míticos dúos con
Su «hermano» del alma Óscar de la Renta, su inseparable Frank Sinatra, su amistad con los Clinton... Julio se ha ganado el cariño y la admiración de grandes personalidades de todo los ámbitos
El artista ha cultivado una bonita relación con la Familia Real española... La Reina Sofía es fan y ha acudido, durante los más de 30 años que dura su amistad, a muchos conciertos acompañada no solo del Rey Juan Carlos, sino también de la Reina Letizia
los cantantes más influyentes del siglo. Desde Barbra Streisand a Diana Ross; desde Françoise Hardy a Lola Flores, Stevie Wonder o su mito de juventud, que, después, se convirtió en amigo y padrino musical, Frank Sinatra.
De entre sus «fans», destaca una real seguidora: doña Sofía. La primera cita de la que tenemos constancia fue en mayo de 1980. Iglesias, acompañado de sus hijos mayores, Chábeli, Julio y Enrique, fue recibido en el palacio de la Zarzuela. Y la última, en Miami, en 2009, en la cena titulada «¡Viva España!», que se celebró en el marco del Festival de Comida y Vinos de Miami Beach. Entre una fecha y otra —casi 30 años—, siempre ha habido una oportunidad para reencontrarse. Como la que acaeció el 22 de septiembre de 2004, cuando doña Sofía, acompañada de la entonces princesa Letizia, presidió en el palacio de Vistalegre de Madrid la gala benéfica «Me olvidé de vivir». Llegaron solas, pero con una sorpresa bajo el brazo: media hora después, se les unieron el Rey Juan Carlos y don Felipe.
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2023-09-20T07:00:00.0000000Z
2023-09-20T07:00:00.0000000Z
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