JULIO Iglesias nunca ha presumido de haber sido un buen padre con Chábeli, Julio Jr. y Enrique. Él mismo ha declarado que sus largas ausencias no ayudaron: «Viví una paternidad folclórica, la música rondaba por mi vida, yo viajaba, yo no paraba, y yo pensaba que los hijos iban a criarse solos, tranquilos». Por su parte, Julio Jr., en una entrevista concedida a ¡HOLA!, contaba que se acostumbró, desde muy pequeño, a las ausencias de su padre cuando emprendía sus largas giras. Todo se intensificó cuando él y sus hermanos, Chábeli y Enrique, tuvieron que mudarse a Miami. Su abuelo el doctor Iglesias Puga, había sido secuestrado por ETA y Julio e Isabel decidieron que era lo mejor para velar por la seguridad de sus hijos. Pero, al igual que en España, el cantante estaba casi siempre de gira o en el estudio y ellos se criaron con su abuela Rosario de la Cueva y con Elvira Olivares, la «seño», que se ocupó de su educación. Tenían horarios concretos para comer, no se les permitía dejar nada en el plato y

les ponía monedas en las axilas para que aprendieran a no separar demasiado los brazos en la mesa. Pasados los años, tanto Julio, que siempre se ha confesado un admirador de las canciones de su padre, como Enrique (cuya relación con su padre siempre ha sido un misterio) decidieron dirigir también sus pasos hacia el mundo de la música. Este último, tras dejar su carrera de Administración de Empresas y firmar su primer contrato discográfico, marchándose a vivir a Canadá solo y cambiando su apellido por el de Martínez —para buscar el camino del éxito por él mismo y sin la ayuda de su apellido—, cuando grabó su primer disco que pronto se convirtió en un éxito de ventas.

En 2015, el artista nos hablaba de su relación actual con su hijo en una excepcional entrevista: «Enrique se puede pasar seis meses sin hablar conmigo, pero, cuando me llama, se me cae la baba». Y de Julio, que siempre ha mantenido una relación cercana con su progenitor, decía: «Está actuando conmigo, pero no como telonero, sino como hijo mío, con sus canciones y su criterio. Me parece oportunísimo, me encanta y me acompaña». A pesar de sus ausencias, Julio no quiso fallarle a dos de sus hijos en dos fechas importantes para ellos: la boda de Chábeli con Ricardo Bofill, celebrada el 11 de septiembre de 1993, en la que, emocionado, dijo de ella que «es el ser humano que más quiero en el mundo», y la de Julio con la modelo Charisse Verhaert, en 2012.

«Viví una paternidad folclórica, la música rondaba por mi vida, yo viajaba, yo no paraba», confesaba Julio