HACE casi dos años que Carlota Casiraghi empezó a poner en marcha un club, cuyas reuniones se han convertido en sus citas favoritas y, en cada una de ellas, nos muestra un poco más de su persona a través de los libros y autores que más admira. Se trata del club de lectura «Les Rendez-vous littéraires rue Cambon» (Los encuentros literarios en la calle Cambon), que ha creado de la mano de Chanel, firma de la que es embajadora.

La última de sus reuniones ha sido la undécima edición y ha tenido como escenario el hotel Ritz de París, donde la hija de la princesa Carolina de Mónaco reunió a la escritora Maria Pourchet, la actriz Rebecca Marder y la periodista y ensayista Lauren Bastide. Hablaron de las obras de la escritora, debatieron cuestiones como si se puede seguir soñando con el amor y su reflejo en la literatura, y leyeron algunos fragmentos de su monólogo «Toutes les femmes sauf une», del que Carlota reconocía que le había impresionado la fuerza de la reflexión «de una joven que acababa de dar a luz, sobre la toxicidad femenina y su transmisión a través del lenguaje». Y destacaba de la autora: «Lo que más me gusta de su forma de escribir es lo física que es».

Carlota, además de un icono de moda y estilo y una gran amazona, es una apasionada de la lectura, sobre todo desde su etapa de estudiante en La Sorbona —donde se graduó en Filosofía— y, aparte de organizar este club literario, preside ciclos filosóficos. Una «royal» con muchas inquietudes, a la que le encanta estar rodeada de libros y seguir aprendiendo cada día.