LA PRINCESA LEONOR
COMIENZA SU FORMACIÓN MILITAR: TODOS LOS DETALLES DE SU NUEVA VIDA
Lágrimas, besos, abrazos y los últimos consejos, en una despedida familiar llena de emoción
A su llegada a la Academia Militar de Zaragoza dijo que estaba «muy ilusionada, con ganas y un poco nerviosa», añadiendo el Rey que: «Un poco de nervios hay que tener»
La princesa abrazó primero a Felipe VI, que parecía feliz, y tras un intercambio de miradas entrañables, su padre dio una palmada de despedida en la espalda que podría traducirse como un «tú puedes»
LA princesa Leonor, ahora dama cadete Borbón Ortiz, ha hecho un cambio de vida radical. Arraigada en su destino y a dos meses de cumplir la mayoría de edad (31 de octubre), sigue los pasos que dieron su padre (en 1985) y anteriormente su abuelo (1955) y se convierte en la primera mujer de la Familia Real en recibir formación castrense.
Sabe, como dijeron los Reyes, «de la exigencia y del sacrificio que conlleva la vida castrense», pero también es muy consciente del honor que supone «formarse y servir junto a los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas». Convertirse en una más de ellos y conocer el mundo de los jóvenes españoles que dedicarán su vida a la defensa de nuestra nación es su objetivo.
El 7 de julio puso un pie en el que sería su nuevo mundo cuando acompañó a los Reyes en la entrega de despachos a los nuevos oficiales, pero el pasado 17 de agosto llegó el momento de hacer historia. La heredera al trono ha comenzado su carrera militar como futura jefa de Estado y mando supremo de las Fuerzas Armadas en la Academia General Militar (AGM). Zaragoza es el punto de partida de un periodo de formación de tres años.
CUMPLIENDO LAS NORMAS DE ACOGIDA
Con una gran sonrisa y acompañada por los Reyes y la infanta Sofía, cruzó la puerta de la General poco después de marcar el reloj las 12:00. Allí, tras enfilar los coches la avenida de los Reyes, los esperaba el director de la academia, el general Manuel Pérez López.
Cumpliendo todas las normas de acogida, la heredera al trono vestía con ropa de civil:
un pantalón blanco con aberturas en el bajo, camisa azul y deportivas… y el pelo recogido en una coleta y sin gota de maquillaje, aunque el reglamento permite usar el color natural y también esmalte de uñas transparente.
Segundos después, confesaba que estaba «contenta» y llegaba «con muchas ganas» y algo de «nervios». El Rey, que entiende como nadie la dura etapa a la que se enfrenta su hija, añadió que es normal sentirse así: «Un poco de nervios hay que tener».
EL LIBRO DE HONOR Y UN RELOJ DE 20 EUROS
Tras las primeras fotos de familia, con el edificio que ha pasado a ser el nuevo hogar de la princesa a sus espaldas, y un rápido recorrido por las instalaciones, que Felipe VI conoce muy bien, la heredera firmó el libro de honor de la academia en una de las salas presidida por el retrato del Rey: «S.A.R. la princesa de Asturias, Dª Leonor de Borbón y Ortiz, en el día de su llegada a la Academia General Militar para comenzar su formación castrense». Lo hizo con su mano izquierda, mientras los Reyes y su hermana la miraban con emoción y orgullo. Un gesto que nos permitió ver mejor su reloj digital, que cuesta menos de 20 euros. Es el modelo W500S de «running», de Decathlon, que mide la frecuencia del ejercicio y tiene cronómetro. Lo llevaba en la mano derecha, en lugar de la izquierda, como es habitual. Puede que se deba a que es zurda o por tradición familiar, siguiendo la costumbre de su padre, el Rey, y también de su abuelo don Juan Carlos. O por ambas razones.
LA DESPEDIDA: UN REY FELIZ Y UNA REINA TRISTE
Veinte minutos después dejaban el edificio de Dirección y hacían su entrada en las pistas de deportes, flanqueadas por torres de piedra, dejándonos la primera imagen entrañable de la mañana: la Reina cabizbaja y un poco triste y Leonor con ánimo, sonriente, caminando con las manos entrelazadas. Había llegado el momento de las despedidas, aunque antes Felipe VI contó a la prensa que le habían dado «un montón» de consejos, que le habían dicho que esté muy atenta y se deje aconsejar también por sus compañeros: «Es importante, sobre todo, los primeros días». Al preguntarle si recordaba aquel día de septiembre de 1985, cuando llegó a la AGM, también con 17 años, el Rey dijo: «¡Hace 38 años nada menos! Todos guardamos muy buenos
Leonor se despidió de su hermana con dos besos y, después, la Reina le dio un abrazo largo, fuerte y entrañable, ocultando su tristeza con una sonrisa
recuerdos de ese día». «Lógicamente, ver a Leonor vivirlo de esta manera es emocionante y le damos todo nuestro ánimo para unos días que serán duros, pero lo irá superando con ganas, con paciencia, con esfuerzo e ilusión». Leonor, que escuchaba atenta las palabras de su padre, añadió: «Eso intentaremos».
Eran las 12:26. La princesa abrazó primero a Felipe VI, que parecía feliz, y tras un intercambio de miradas entrañables y una palmada en la espalda que podría traducirse como un «tú puedes», Leonor dio dos besos a su hermana y, por último, un abrazo fuerte, entrañable, a su madre, la Reina, que tuvo que aguantar las lágrimas y cubrir el momento con una sonrisa mientras le acariciaba la mejilla.
Después, y tras un tímido «hasta luego», Leonor accedía a las instalaciones tirando de su maleta y girándose por última vez con una sonrisa hacia su familia, como si quisiera asegurarles que todo iría bien mientras se adentraba en la vida militar.
CON SUS COMPAÑEROS
La princesa se alejaba, pero allí seguían los tres hasta que la perdieron de vista. Un último adiós de la Reina con la mano y también desde la distancia a la que será tutora de la princesa en la AGM, la teniente coronel Margarita Pardo de Santayana, que ha vuelto a la academia de la que salió como teniente en 1998 y que, según el «Heraldo de Aragón», podría ocupar una habitación al lado de la princesa.
Como todos los alumnos, Borbón Ortiz cumplió con los requisitos acreditándose ante el jefe del Batallón I, encargado de filiar a los nuevos alumnos en el llamado campo de deportes del Alcázar de Toledo. Presentó el DNI, la cartilla y certificados de vacunación y el número de afiliación a la Seguridad Social, y después se reunió con sus compañeros —612 alumnos de los cuales 140 son mujeres—, integrándose en la nueva promoción de caballeros y damas cadetes, futuros oficiales del Ejército de Tierra, la Guardia Civil y los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas. Junto a ellos, bajo el sol y sosteniendo su correspondiente carpeta, escuchó la charla de introducción a cargo de los jefes de batallón.
COMPARTE CAMARETA
Formalizados los trámites de ingreso, Leonor llevó su equipaje al edificio Galbis, donde se ubican las camaretas diseñadas para el estudio y el descanso, que desde hace ya muchos años disponen de aire acondicionado y calefacción. El Rey Juan Carlos disfrutó de un espacio propio en la zona antigua de la academia y pasó mucho
Felipe VI dijo que le habían dado a Leonor un «montón de consejos» y «mucho ánimo» para que afronte «con paciencia y esfuerzo» estos primeros días, «que serán duros»
frío, Felipe VI tuvo una camareta individual, pero la princesa comparte una estancia de doce plazas con otras alumnas.
Cuando jure bandera, el próximo 7 de octubre, pasará (como todos) a una camareta de dos o de cuatro plazas, siendo lo más probable que viva junto a otra dama cadete en el edificio Histórico, en el que se han hecho reformas. Pero, en estas primeras semanas, esta es la forma de convivencia. Una habitación con zona anexa de aseos y duchas, disponiendo para uso personal de una mesa en la zona de estudio, red wifi y un armario (justo al otro lado) para guardar sus pertenencias: la ropa de civil, guardada en fundas, y todo lo que va a necesitar para su vida en la academia, empezando por los uniformes. Estos son: el de diario; el de calle o representación, color caqui; el traje de gala o etiqueta, que está formado por un pantalón rojo y una casaca azul marino, con el que juran bandera junto con el sombrero ros español, que tiene una pluma blanca,, y, por último, el uniforme de maniobras, sin olvidar las botas y el calzado específico.
Además, se les entrega ropa para hacer deporte, aunque pueden usar sus propias deportivas, siempre que sean discretas, tanto en la forma como en el color; ropa interior; pijama, y mochila. Y todo debe estar en perfecto estado de revista. Los cadetes, que disponen de servicio de lavandería tres días a la semana, deben responsabilizarse de que así sea, lo que implica que deben saber coser. Por algo les piden que ingresen en la academia con un kit de costura.
LAS PRIMERAS SEMANAS Y LA VOCACIÓN MILITAR
La cadete Borbón Ortiz afronta ahora dos semanas de aclimatación para asumir que su vida diaria va a estar marcada por la «exactitud» en todos los actos. Es esta una fase de acogida, orientación y adaptación a la vida militar (conocida como campamento), que se complementará con otras dos de formación militar básica. En estos primeros catorce días de «disciplina», que sirven en muchos casos de «criba» para los que no tienen de verdad vocación militar, adquirirá conocimientos sobre legislación y normativa militar, que complementará con formación física e instrucción militar.
Ambos módulos suponen un importante esfuerzo físico, por lo que, para estar a la altura y evitar lesiones, ha estado entrenando duramente para su ingreso en la General. Como avanzó ¡HOLA!, la heredera a la Corona, que tiene una gran fuerza de voluntad, acudió puntualmente a su cita con su entrenadora de la Guardia Real, en el cuartel de El Pardo, durante las semanas que pasó en Madrid antes de las vacaciones en Mallorca, donde tampoco dejó de entrenar. La princesa quería estar a la altura en el inicio de su formación militar e hizo muchos kilómetros en pista, extensiones y flexiones, salto, natación... Además, también ha estado practicando mucha hípica, un deporte que no tenía muy dominado y en el que ha mejorado mucho este verano.
EL «DECÁLOGO DEL CADETE» QUE TIENE QUE RECITAR
Cuando concluya el primer mes —la formación militar básica arranca el 31 de agosto y el 1 de septiembre hay un examen de nivel y una prueba de inglés—, la princesa de Asturias se habrá adaptado a un régimen militar con el 90 por ciento del tiempo estructurado, saludará a sus superiores a la perfección y recitará de memoria el «Decálogo del cadete» en el acto diario de control nocturno.
Esta «guía» fue creada en 1927 —ha habido algunos cambios desde entonces—, recoge las virtudes militares y marca su forma de proceder a lo largo de su vida militar. «Tener un gran amor a la patria y fidelidad al Rey, exteriorizado en todos los actos de su vida» y «un gran espíritu militar» son fundamentales, pero entre los diez mandamientos también podemos destacar: «Ser fiel cumplidor de sus deberes y exacto en el servicio». «No murmurar jamás ni tolerarlo». «Hacerse querer de sus inferiores y desear de sus superiores». «Ser voluntario para todo sacrificio, solicitando y deseando siempre el ser empleado en las ocasiones de mayor riesgo y fatiga». «Sentir un noble compañerismo, sacrificándose por el camarada y alegrándose de sus éxitos, premios y progresos» y «ser valeroso y abnegado».
El compañerismo es uno de los valores fundamentales de la AGM y debe ser norma de conducta desde que se pone un pie en la General. Desde que
Felipe VI contó que guarda «muy buenos recuerdos» del día en el que ingresó en la misma academia —«¡hace 38 años nada menos!»— y que, «lógicamente, ver a Leonor vivirlo es emocionante»
fue fundada en 1882, hace 141 años, y se estableció en la capital aragonesa en 1927, durante el reinado de Alfonso XIII, siempre ha sido así.
29.000 OFICIALES
Según informa la Casa del Rey, la AGM «tiene una larga y gloriosa tradición en formación de oficiales del Ejército español. Los escasos tratadistas que han estudiado el tema de la Enseñanza Militar en España, como Clonard o Almirante, determinan que la Compañía de los Cien Donceles, creada en 1340 por el Rey de Castilla Alfonso XI, aparece como el más antiguo precedente».
A través de sus tres épocas de actividad ha formado a más de 29.000 oficiales del Ejército de Tierra, Guardia Civil y Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas. Y en este curso histórico sigue manteniendo el mismo objetivo: conseguir oficiales dotados de una excelente formación técnica, preparación física y una sólida base moral, acreditada por la práctica de las virtudes que tienen su reflejo en su «Decálogo del cadete».
UN NUEVO HOGAR
Las instalaciones donde la dama cadete Borbón Ortiz tomará contacto directo con la vida y formación castrense están ubicadas en 71 hectáreas e incluyen una residencia, un edificio con aulas y habitaciones — que se construyeron en 1978—, un gran salón de actos, biblioteca, capilla, farmacia, una sucursal bancaria, una tienda en la que se puede adquirir ropa y objetos básicos…
La princesa, que ha renunciado a cobrar el salario de 417 euros que les corresponde a los cadetes de primer curso —612, de los que 140 son mujeres—- y de segundo año, tiene una tarjeta de crédito/débito para pagar en los establecimientos que prestan servicio a los cadetes (y poder sacar dinero del cajero automático dentro de la academia, aunque
se recomienda tener algo en efectivo.
Asimismo, cuentan con una cafetería, que tradicionalmente se llama «el casino». Abre de 12:00 a 22:00 y tiene una variada carta a precios muy asequibles. En este espacio de recreo, con sala de estar y butacas, se puede tomar desde un bocadillo de tortilla (2,50 euros) a una ensalada ilustrada con atún y huevo duro (4,50 euros); torreznos de Soria (2,80 euros) que tanto le gustan a doña Letizia; hamburguesas (5 euros), y un buen número de raciones. En cuanto a las bebidas con alcohol, las únicas opciones son la cerveza y el vino.
El recinto también cuenta con un gran patio de Armas, donde se celebran las ceremonias solemnes, como la Jura de Bandera, y son muy reconocidas las instalaciones militares,
La dama cadete Borbón Ortiz no tendrá privilegios y será tratada en igualdad de condiciones que los cadetes —612 alumnos, de los cuales 140 son mujeres— que
también comienzan su formación
La princesa se alejaba, pero allí seguían Felipe VI, doña Letizia y la infanta Sofía, observándola desde la distancia hasta que la perdieron de vista
destacando el centro de adiestramiento de San Gregorio y su armería, la pista de combate y el campo de tiro.
Asimismo, y estando tan presente la actividad deportiva en la Academia General, también disponen de un gran gimnasio, piscina cubierta y pabellón multiusos, pistas de tenis y pádel, galería de tiro olímpico…
SIN PRIVILEGIOS
El mensaje, como en tiempos del príncipe, cuando se insistía en que fuera uno más y sus compañeros bromeaban con él llamándolo «cadetemás», ha estado presente desde el principio. Leonor de Borbón y Ortiz, la princesa de Asturias, la heredera al trono, no tendrá privilegios. Desde la Casa del Rey a las intervenciones de la ministra de Defensa. La última vez, cuando acudió a la Academia General Militar de Zaragoza para inspeccionar todo antes de la llegada de la ya dama cadete Borbón Ortiz. Margarita Robles aseguró que la princesa estaría en igualdad de condiciones que los cadetes que comienzan su formación: «Queremos darle la máxima normalidad a la presencia y a la formación de la princesa». La ministra también recordó que durante la entrega de despachos (7 de julio) «vi a la princesa con mucha ilusión y expectativas. Estoy segura de que lo va a disfrutar mucho».
No hay privilegios, pero sí tres diferencias con el resto de los cadetes, y estas son: que ha renunciado al salario que le corresponde, seguirá un plan de estudios hecho a su medida y tendrá una tutora especial, la teniente coronel Margarita Pardo de Santayana.
LA INTIMIDAD DE LA HEREDERA
Al igual que durante sus dos años de estancia en Gales, la heredera correrá el riesgo de que se filtre alguna imagen, aunque se tomarán medidas para que no ocurra. No sucedió durante su estancia en el internado —hasta su graduación, todas las imágenes eran oficiales— y será más difícil que salgan a la luz fotografías no permitidas de la heredera de su paso por la academia. El reto es preservar la intimidad de la futura Reina, pero también buscar un equilibrio entre el respeto a su intimidad y el uso de dispositivos móviles, al que los alumnos tienen derecho. Todo ello, partiendo de una restricción: publicar en redes sociales imágenes del interior de la academia puede ser objeto de sanción disciplinaria.
A la espera de volver a verla el día de la Jura de Bandera, de momento, con este último paso al frente Leonor ha hecho historia y sigue. La heredera al trono es la tercera Borbón que pasa por la General, después de su abuelo y de su padre, y la primera princesa de Asturias en recibir formación militar.
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