KATE Middleton ha vuelto al trabajo y lo ha hecho con fuerza e imagen renovada. Mantiene el largo de su pelo, pero apuesta por un nuevo corte de flequillo y los reflejos rubios. La familia Windsor acaba de celebrar el primer aniversario de la muerte de Isabel II y Kate estrena «look», mientras sigue afianzando el contenido de su agenda como princesa de Gales.

Ha luchado contra las adicciones durante más de una década, pero quiere seguir aprendiendo sobre salud mental y rehabilitación y decidió visitar la prisión HMP High Down, en Surrey. Una institución para reclusos juveniles a los que The Forward Trust —organización benéfica de la que es patrona— ayuda a controlar su adicción y hasta a buscar empleo y vivienda, tras salir de prisión.

Sonriente, Kate pasó el control antidroga y dejó a la vista su mano herida, provocando una oleada de preguntas. Tantas que Kensington Palace decidió explicar lo que le había pasado. Según adelantó nuestra edición inglesa, se hizo daño mientras jugaba con sus hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, en el trampolín de su casa. «Es una pequeña herida, nada grave».

La princesa vestía un traje azul marino de Alexander Mcqueen, quizá en un guiño a la que fue su directora creativa. Sarah Burton influyó muy significativamente en su armario y la ha vestido para un sinfín de momentos históricos: entre otros, su boda en 2011, los retratos de su 40 cumpleaños y la coronación de Carlos III. Concluyendo la semana, Kate se escapó al bosque con Guillermo, cerca de Hereford. Allí en la campiña, además de explorar guaridas y cortar ramas, se unirían a los niños y al personal de la Escuela Forestal de la Escuela Primaria Madley, donde se prioriza el aprendizaje al aire libre. Los príncipes de Gales también visitaron We Are Farming Minds, organización que apoya la salud mental de los agricultores de las comunidades rurales, en King Pitt Farm, que pertenece al Ducado de Cornualles.