LA muerte de Laura Valenzuela el pasado 17 de marzo, a los 92 años de edad, en el Hospital Universitario de La Princesa y rodeada por sus seres queridos, ha dado de lleno a todos, porque… ella era un poco de la familia de todos. Por eso, la despedida a la primera presentadora de la televisión en España tenía que ser la más grande. Numerosos rostros conocidos acudieron a darle el pésame a su única hija, Lara Dibildos, quien, abatida y desolada, compartía una despedida muy especial en sus redes sociales: «Buen viaje, mamá. Tus nietos y yo te enviamos mucha luz en tu viaje y que te reencuentres con papá. Como le decías a tus nietos, te queremos hasta el infinito y más allá. Siempre juntas», terminaba recordando la actriz en el adiós más amargo a su madre, la mujer a la que adoraba y admiraba. Una madre que fue su guía y una dama que ya es historia en el mundo de la elegancia y la televisión: «Era única y se ha ido muy guapa, como era ella. Se lo decía todos los días al oído y estoy convencida de que me escuchaba».

Alejada voluntariamente de la vida social desde hace diez años, tras recibir el Premio Iris a toda una vida, el estado de Laura había empeorado en el último mes debido a una colangitis (obstrucción de las vías biliares), de la que fue intervenida en el hospital San Rafael, y a una

posterior infección que no pudo superar. «Es muy duro, pero estoy muy tranquila porque se ha ido en paz. Los médicos han hecho todo lo que se podía, hasta que llegó el momento en que había que dejar que se fuera», recordó Lara, que no pudo estar acompañada por sus hijos: Fran, de 24 años, nacido de su matrimonio con Fran Murcia, que vive en Los Ángeles (Estados Unidos), y Álvaro, de 16, fruto de su relación con el jinete Álvaro Muñoz Escassi, que ha seguido los pasos de su hermano y está estudiando en Connecticut tras conseguir una beca de fútbol. Los dos adoraban a su abuela, con la que compartieron los últimos años de su vida en su casa de Madrid, y asistirán al funeral que se celebrará en su memoria después de Semana Santa. Tras ser velados en el tanatorio de San Isidro, los restos mortales de Laura Valenzuela fueron trasladados al cementerio de Nuestra Señora de la Almudena para, como era su voluntad, recibir cristiana sepultura junto a su marido, José Luis Dibildos, fallecido en 2012.

Apoyando a Lara en un momento tan duro de su vida estuvo, entre otros, Escassi, que, tras el entierro de quien fuera su «suegra», aseguró que «Laura se fue feliz y dejando aquí a una de las mejores personas del mundo».

«Era única y se ha ido muy guapa, como era ella. Se lo decía todos los días al oído y estoy convencida de que me escuchaba», nos contó la actriz, desconsolada