MATILDE de los Belgas y su hija, la princesa Elisabeth, aterrizaron el pasado martes 14 de marzo en Egipto en un viaje muy especial que, durante tres días, las llevó a visitar diferentes lugares siguiendo la huella de la Reina Elisabeth, esposa del Rey Alberto I, y tatarabuela de la heredera al trono, que era una apasionada de la egiptología. Se cumplen precisamente cien años desde que accedió a la tumba de Tutankamón tan solo un par de días después de que el sello quedara roto por Howard Carter, su descubridor. Un momento emocionante que, ahora, la Reina Matilde y su hija mayor han podido revivir en la cámara funeraria del faraón que más expectación despierta. Además, inauguraron en El Cairo una exposición sobre su antepasada y recorrieron los sitios arqueológicos de El Kab y Sheij Abd el-qurna y en Luxor durmieron en el mismo hotel donde se hospedó la bisabuela del Rey Felipe hace un siglo. «Admiro mucho a la Reina Elisabeth. Era una aventurera, tenía pasión por Egipto, por la música y era socialmente comprometida. Espero poder ser como ella algún día. Pero también espero aprender de mi madre. Es muy enérgica y dinámica y tiene pasión por escuchar a la gente y mostrar su trabajo», ha dicho la duquesa de Brabante, de 21 años, que estudia un grado de Historia y Política en Oxford, tras estar en Deir El Bersha, donde se descubrió en 2007 la tumba de un cortesano con cuatro mil años de antigüedad