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EL RENACER DE ANA MARÍA ALDÓN: nos abre las puertas de su nueva casa y nos revela los momentos más dramáticos

NOS ABRE LAS PUERTAS DE SU NUEVA CASA Y NOS REVELA LOS MOMENTOS MÁS DRAMÁTICOS QUE HA VIVIDO

«Cuando Ortega Cano me pide una segunda oportunidad, ya era tarde. Y, además, de la manera en que lo hace... Yo necesitaba salir de ahí»

«Si era tan molesta para todo el mundo, si tan incómoda era, prefería desaparecer. Prefería irme... No podía quitarme esa idea de la cabeza»

«¿El amor? Ahora mismo, yo soy un problema para cualquier hombre que se me acerque»

EL duelo ya ha pasado. Se desmorona al recordarlo porque le supone verbalizarlo y hacerlo real: su matrimonio se ha roto sin solución y sus esfuerzos por mantenerlo unido resultaron baldíos. Un sentimiento de vacío y desazón que se convierte en culpa cuando ve el rostro de felicidad de su hijo durante su boda, hace ahora casi cinco años. Pero ese duelo y aflicción pasó hace muy poco. Poquísimo en realidad. Fue en otoño cuando ella decidió cambiarlo todo. Incluido su hogar. Su entorno. Su proyecto de futuro. Y no hay fotos a su alrededor de ese pasado tan cercano. No hay recuerdos. Tampoco colores estridentes. Le rodea el blanco, el beis, el gris… Nada que la perturbe. Que rompa su armonía que tanto trabajo le ha costado —y le cuesta— conseguir. Ahora es todo nuevo. Porque Ana María Aldón hace diez días que se ha divorciado, pero ese ya era un trámite cuando lo que vivió este verano fue uno de los peores momentos de su vida. Quiso arrebatársela de hecho. Quitarse de en medio. Era un pensamiento recurrente que no lograba quitarse de la cabeza. Si tanto molestaba a todo el mundo, si tan estorbo era, si todo lo que hacía estaba mal, ¿qué fin tenía que ella siguiera en este mundo? Y sus

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2023-02-01T08:00:00.0000000Z

2023-02-01T08:00:00.0000000Z

https://digital.hola.com/article/282170770291579

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