LOS Reyes volvieron a abrir las puertas de palacio, el pasado miércoles, para recibir con gran solemnidad al Cuerpo Diplomático acreditado en España. Era la segunda cita de largo del año, después de la Pascua Militar, y una ceremonia con mucha tradición... pero, inesperadamente, dio mucho que hablar. El motivo principal, el «no saludo» a doña Letizia del embajador de Irán durante el besamanos celebrado en la saleta de Gasparini. Hassan Ghashghavi estrechó la mano del Rey, pero no la de doña Letizia, quien le devolvió una mirada firme cuando, al cruzarse con ella, inclinó la cabeza y se llevó la mano al pecho. No fue un desaire personal, pero, al cabo de unos minutos, el «momento delicado» llegó a los titulares. El resultado: no es un embajador contra una soberana, son las reglas de la República islámica y el protocolo religioso del país, que impide a los hombres estrechar la mano en público a una mujer.

Para esta segunda puesta de largo del año, la Reina cambió de estilo y sorprendió con una blusa «lady», de Carolina Herrera, y una falda rosa de estreno. Como joyas, pendientes multicolor de Tous y el anillo con mensajes románticos, regalo del Rey, quien cumplió cincuenta y cinco años el 30 de enero, sin actos en su agenda y con algunos lugares emblemáticos iluminados en España por iniciativa de Concordia Real Española.