Ni con rituales mágicos, ni desafinando, ni cantando «Que llueva, que llueva», en los Emiratos Árabes Unidos han optado por otro método para conseguir que la lluvia haga su aparición y es, ni más ni menos, que la siembra de nubes. El cambio climático afecta a todo el planeta y las zonas más áridas están siendo las más perjudicadas. Por eso, desde hace varios años trabajan en una tecnología que les permita aumentar las escasas precipitaciones anuales hasta un veinticinco por ciento. Esta técnica consiste en expulsar desde un avión sustancias químicas a las nubes para activar el proceso de condensación. Su objetivo es aumentar y mejorar la calidad de la lluvia, consiguiendo gotas más grandes. Las operaciones de siembra de nubes comenzaron en 1990 y se desarrollaron en cooperación con varias organizaciones internacionales, entre ellas, la NASA.